miércoles, 2 de octubre de 2013
¿Tendrías un vínculo amoroso en la oficina?
Te enamorarías de un compañero de oficina? / Foto: Thinkstock
Pertenezco al club de los que encontraron su pareja gracias al trabajo. Horas y horas compartiendo proyectos, almuerzos, logros y fracasos nos dejaron al descubierto frente al otro, la atracción hizo el resto. Primero, elegimos el silencio: que nadie supiera que estábamos saliendo. A las pocas semanas, la noticia era comentario obligado, y tuvimos que confesar. Llevamos 20 años juntos, hace 19 que decidimos no compartir oficina.
Este testimonio personal vale de muestra. En su momento fuimos la excepción. Hoy, no lo seríamos, básicamente porque tener una historia amorosa con un compañero ha dejado de ser tabú. La cantidad de hombres y mujeres solteros de entre 23 y 35 años (sumándose los separados, obvio) que forman parte del staff de las empresas, se ha incrementado. También las jornadas laborales, y con ello, el tiempo disponible para estrechar vínculos con el sexo opuesto/complementario. Excluyo de este post a los casados, ya que para ellos las reglas son otras.
Según una investigación realizada por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), el 18 % de los argentinos asegura que entablaría una relación de oficina solo si se enamora. En este caso, no importa si ese otro es par o jefe. De hecho, el 50% admite que tendría unvínculo sentimental con su superior jerárquico, ya que “segundas intenciones” no cuentan; apenas un 1% admite que lo haría para ascender de puesto.
De todas maneras, los temores continúan. ¿Qué nos da miedo al empezar una relación con un compañero de oficina?
- Básicamente, tener que verlo todos los días, ya que hay más chances de que surjan roces; no siempre estarán de acuerdo sobre un mismo aspecto y la discusión será inevitable. Y en estos casos, no es sencillo poder separar el malestar por una discusión laboral, de la cama y el sexo, de la vida en pareja…
- Pesa el temor a que la relación se termine, y a que a alguna de las partes se le torne imposible seguir viendo a diario al ex, ya sea porque lo detesta o porque continúa perdidamente enamorado.
- No queremos, tampoco, convertir la empresa en la que trabajamos en el único ámbito en el que buscamos, y encontramos, pareja. Como dice el refrán: “No es bueno que se mezcle la hacienda”.
Bienvenido sea que la mayoría haya descubierto que el clima de oficina también puede ser un excelente afrodisíaco para la pareja. El jueguito de verse todo el día sin poder demostrar abiertamente lo que se siente, para muchos será estimulante. Y, por qué no, puntapié para un encendido encuentro after office. Ni hablar de los intercambios en clave de dos que se pueden sostener durante toda la jornada laboral…
En tren de códigos que vale la pena compartir, si de lo que se trata es de preservar las relaciones humanas más allá de su futuro amoroso, es importante que las empresas sean ámbitos en los que está más que claro que existe una línea de carrera basada en el mérito (de manera que los trabajadores no sientan que un incremento de remuneración o un asenso se deben a las relaciones personales del trabajador); que tengan políticas de control de conflicto de intereses (que eviten, por ejemplo, que una persona evalúe a otra con la que mantiene una relación personal); y que también sostengan políticas de prevención, investigación y sanción del hostigamiento sexual(las cuales, además, son obligaciones legales del empleador). Todos los trabajadores (jefes y subalternos) sabrán así qué conductas están permitidas y cuáles no.
¿Te animarías a tener un vínculo amoroso en la oficina? ¿De qué tipo? ¿Lo harías público?
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