Estamos convencidas de que eso indica que son bajos en calorías. Varios estudios realizados por el Food and Brand Lab (Laboratorio de comida y marca) de la Universidad Cornell, en los Estados Unidos, demostraron que las personas comen hasta un 50% más cuando el alimento tiene este rótulo. Esto se debe a que asociamos la frase “bajo en grasa“ con “menos calorías” e ingerimos porciones mayores porque nos sentimos menos culpables. Ojo. “Para metabolizar las grasas, gastás menos calorías que con los hidratos de carbono o con las proteínas”, asegura Sol Feintuch, licenciada en Nutrición, del Instituto Argentino de Alimentos y Nutrición (IAAN), dirigido por el doctor Alberto Cormillot.
Entonces, te conviene leer la información nutricional que hay en la etiqueta del producto. Prestá atención a las calorías: un alimento con 60% menos de grasa puede haber reducido sus calorías solo en un 15%. Compará el producto con su versión tradicional (no light) para verificar si existe una diferencia real en el contenido de grasa y de calorías.
¿Es o no es diet?
“Para conocer si un producto es o no es light, hay que fijarse en el porcentaje de grasas, en la cantidad de hidratos de carbono (simples y complejos) y en el sodio que contiene. Muchas personas suponen que los productos light no engordan y que, por lo tanto, pueden comerlos sin ningún tipo de restricción. En realidad, esa categorización implica que un alimento fue modificado para que contenga menos calorías”, advierte la licenciada en Nutrición Susana Zurschmitten, autora del libro Dieta para una vida sana.
Algunos yogures descremados contienen azúcar. Otros llevan el rótulo “diet”, pero vienen con un colchón de frutas o con una porción de cereales azucarados. La mayoría de las mermeladas “bajas calorías” tiene aproximadamente a mitad de calorías que la clásica, pero en las versiones “light” esta reducción es de solo el 20%. Algunas utilizan fructosa en lugar de azúcar, lo que aporta la misma cantidad de calorías.Es erróneo pensar que la versión diet de una barrita de cerales, por ejemplo, no engorda: si leés la etiqueta, vas a enterarte de que aporta 100 calorías o más. Tres unidades suman el equivalente alórico de una porción de pechuga de pollo con ensalada (y seguramente no te proporcionen la misma sensación de saciedad).
Los alimentos naturales, como las verduras y las frutas, suelen ser bajos en calorías. Pero eso no significa que podés comerlos de una forma desmedida. “Lo recomendable es consumir tres unidades de fruta por día. Optá por las piezas enteras, en vez de licuarlas o de exprimirlas”, dice Feintuch. Así, te sacían más.
Algunos alimentos (los panes integrales, por ejemplo) también contienen fibras, pero no suelen ser bajos en calorías. El que se comercializa como “salvado doble diet” tiene mínimas diferencias calóricas con respecto al pan común. “Los panes integrales se elaboran con la harina del grano entero, y por eso aportan más salvado, fibra, minerales y vitaminas. Son más saludables, pero también más calóricos que el pan blanco”, explica Zurschmitten. Otra sorpresa: las pastas dietéticas contienen más calorías que las comunes, porque tienen mayor cantidad de gluten.
A la hora de pedir un delivery de comida, no confíes en que los platos que las rotiserías ofrecen como light realmente lo sean. Elegí opciones simples, como carne o pollo a la parrilla o al horno, acompañados de ensalada.
El sushi también puede ser una gran opción: “Dos piezas de Philadelphia roll, dos de niguiri de salmón, dos de makis, un sashimi, un niguiri de langostino y dos de California roll solo aportan alrededor de 423 calorías”, asegura el chef Pablo Rojo, de Sushi Pop.
El furor por los productos bajas calorías también llegó a la barra del bar. Hay versiones light de cervezas y existen vinos con solo el 7% de graduación alcohólica (normalmente, tienen entre 12% y 14%). “En el caso de la cerveza, se consume un 30% menos de calorías”, explica Zurschmitten. Tenelo presente a la hora de compartir un trago con amigas.
¿Es o no es diet?
“Para conocer si un producto es o no es light, hay que fijarse en el porcentaje de grasas, en la cantidad de hidratos de carbono (simples y complejos) y en el sodio que contiene. Muchas personas suponen que los productos light no engordan y que, por lo tanto, pueden comerlos sin ningún tipo de restricción. En realidad, esa categorización implica que un alimento fue modificado para que contenga menos calorías”, advierte la licenciada en Nutrición Susana Zurschmitten, autora del libro Dieta para una vida sana.
Algunos yogures descremados contienen azúcar. Otros llevan el rótulo “diet”, pero vienen con un colchón de frutas o con una porción de cereales azucarados. La mayoría de las mermeladas “bajas calorías” tiene aproximadamente a mitad de calorías que la clásica, pero en las versiones “light” esta reducción es de solo el 20%. Algunas utilizan fructosa en lugar de azúcar, lo que aporta la misma cantidad de calorías.Es erróneo pensar que la versión diet de una barrita de cerales, por ejemplo, no engorda: si leés la etiqueta, vas a enterarte de que aporta 100 calorías o más. Tres unidades suman el equivalente alórico de una porción de pechuga de pollo con ensalada (y seguramente no te proporcionen la misma sensación de saciedad).
Los alimentos naturales, como las verduras y las frutas, suelen ser bajos en calorías. Pero eso no significa que podés comerlos de una forma desmedida. “Lo recomendable es consumir tres unidades de fruta por día. Optá por las piezas enteras, en vez de licuarlas o de exprimirlas”, dice Feintuch. Así, te sacían más.
Algunos alimentos (los panes integrales, por ejemplo) también contienen fibras, pero no suelen ser bajos en calorías. El que se comercializa como “salvado doble diet” tiene mínimas diferencias calóricas con respecto al pan común. “Los panes integrales se elaboran con la harina del grano entero, y por eso aportan más salvado, fibra, minerales y vitaminas. Son más saludables, pero también más calóricos que el pan blanco”, explica Zurschmitten. Otra sorpresa: las pastas dietéticas contienen más calorías que las comunes, porque tienen mayor cantidad de gluten.
A la hora de pedir un delivery de comida, no confíes en que los platos que las rotiserías ofrecen como light realmente lo sean. Elegí opciones simples, como carne o pollo a la parrilla o al horno, acompañados de ensalada.
El sushi también puede ser una gran opción: “Dos piezas de Philadelphia roll, dos de niguiri de salmón, dos de makis, un sashimi, un niguiri de langostino y dos de California roll solo aportan alrededor de 423 calorías”, asegura el chef Pablo Rojo, de Sushi Pop.
El furor por los productos bajas calorías también llegó a la barra del bar. Hay versiones light de cervezas y existen vinos con solo el 7% de graduación alcohólica (normalmente, tienen entre 12% y 14%). “En el caso de la cerveza, se consume un 30% menos de calorías”, explica Zurschmitten. Tenelo presente a la hora de compartir un trago con amigas.
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