Hace más de un mes que duermo sola”, dice recostada en la enorme cama matrimonial. “Ya hace tres semanas que inicié los tramites de divorcio… Después de ver en televisión los videos y las fotos con otras mujeres, mi matrimonio terminó”, confiesa. Y busca una explicación a las supuestas y mediáticas infidelidades de Leo Fariña (28), su marido durante dos años y cuatro meses:“ Quizá ya no lo calentaba, o quería vivir de joda, tener diez amantes y salir con Ricardo Fort. Si me lo decía, hacíamos los trámites de separación y no había quilombo. Lo que más me duele es que todas estas infidelidades y traiciones se hicieron públicas. Es terrible enterarte que sos cornuda por la tele”, se lamenta Karina Jelinek (32), y se pone furiosa porque en este momento está Fariña dando un movil para Infama. Anteojos de sol y rodete, su ex anuncia el inminente desalojo de Jelinek de este mismo departamento donde estamos haciendo la producción de gente “¿¡Quién me va a desalojar!?”, grita. Nerviosa habla con sus dos inseparables amigos (Paula Castro, su asistente, y Kenny Palacios, su peluquero, quienes hoy viven con ella), llama a sus abogados, dice que le duele la panza, llama a un médico, se recuesta en la cama. “Está cansada de ver a Fariña haciendo su rally mediático”, confiesa uno de sus íntimos. Su asistente apaga la tele, traba con llave la puerta del ascensor que da al palier del piso 23, la tranquiliza y le pide continuar con la producción de fotos. Entonces Karina respira hondo, toma agua, y aunque está muy angustiada decide seguir. Posa con algunas de las cosas que, afirma, su ex quiere sacarle en medio de este escandaloso divorcio.
–¿No imaginabas que Fariña podía engañarte con otra mujer?
–No, cuando una persona está enamorada se vuelve ciega, sorda y muda. Aunque mis amigos me preguntaban por qué Leo me dejaba tanto tiempo sola, por qué no me acompañaba a los desfiles, por qué no compartíamos una comida juntos… yo no sospechaba nada.
–¿Nunca?
–Bueno, últimanente tenía un presentimiento. Pero cuando se lo decía me trataba de loca y me mandaba al psicólogo. ¡Hasta le pedí hacer terapia de pareja!
–¿Cómo eran esas sesiones?
–Hace tres años que yo voy al psicólogo. Pero en los encuentros él me trataba de loca, y yo le reclamaba tiempo. Intenté reponer las cosas, pero cuando se vio acorralado dejó la terapia.
–¿Qué consejos te daba tu psicólogo cuando vos le hablabas de la crisis?
–Que viaje, que arme mi vida, que siga trabajando y no dependa de él, que si Leo me amaba iba a estar conmigo. Pero Leo cada día me dejaba más sola. Y eso que yo siempre lo defendí ante todo el mundo porque no quería demostrar que mi matrimonio había fracasado. Me dolió mucho sentirme abandonada, porque yo me casé para toda la vida. Menos mal que no tuve hijos.
–¿Afectó la relación el informe de Lanata que lo implicaba en el lavado de dinero?
–Sí, ahí tuvimos un impasse. En ese momento me sentí confundida y me fui a vivir a la casa de una amiga. Pero Leo me pidió que volviera, me dijo que me iba a demostrar que todo lo que decían era mentira. Volví. Lo defendí en los medios, y después de varios días empezaron a aparecer sus amantes por todos lados.
–La última supuesta amante de Leo Fariña que apareció dice que él es gay. ¿Qué pensás?
–Cuando saltó el tema yo estaba en una reunión de trabajo en Life Chekka, y tuve que interrumpirla porque me empezaron a llamar a mis dos teléfonos, el Twitter estallaba, y decían que esta nueva amante estuvo con él un mes y que tiene pruebas de que Leo es bisexual. Yo no puedo creer que sea bisexual... Pero todo esto me lastima mucho.
–¿Pero ustedes cómo se llevaban en la cama?
–Al principio nos llevábamos súper bien, pero después todo fue decayendo. Leo no tenía tiempo para estar conmigo… Seguro que estaba ocupado con las otras nueve o diez amantes que tenía.
–Me dijiste que te sentiste cornuda, ¿también te sentiste abandonada?
–¡Obvio! Aunque antes de todo este lío yo lo dejé cinco veces, también como una tarada le volví a dar diez oportunidades. Leo tuvo la chance de terminar muy bien conmigo, pero no quiso. Me pedía una nueva oportunidad. Y yo me banqué que me putee medio país, porque lo defendí cuando todos lo trataban de corrupto.
–¿Cuáles fueron esas cinco veces que lo dejaste?
–En el ultimo tiempo peleábamos mucho, y lo de Jorge Lanata también me hizo desconfiar de él, aunque públicamente disimulé. Leo en la intimidad me decía que se daba cuenta de que yo lo amaba por cómo lo defendía en sus peores momentos. Pero después, en el programa de Jorge Rial, dijo que yo no estaba junto a él en los momentos difíciles. ¡Te juro que lo quería matar! Leo es como un mono con los ojos vendados y escopeta. Entonces dispara contra todos, y además de lastimarme a mí, lastima a muchos otros: Fernando Burlando, Ana Rosenfeld, Marcelo Tinelli, Jorge Lanata, mis amigas…
–¿Hoy seguís creyendo que Lanata mintió en ese informe sobre Leo?
–Hoy le creo a todo el mundo menos a Leo.
–Fariña dijo que tenías una doble vida, porque en el casamiento usaste un anillo que te regaló un ex novio…
–(Interrumpe) El sabía la historia de la perla negra, pero también sabía que eso era parte de mi pasado. Yo no me casé para jugar, sino para toda la vida. Estaba enamorada, quizá fui una tonta por eso.
–¿Es verdad que te reclama bienes?
–Leo dice que los muebles de esta casa estaban con el departamento, y es mentira. Nosotros, antes de irnos de vacaciones a Miami, llamamos a una arquitecta. Ahí yo le pedí que me decore la casa estilo Art Déco. Cuando volvimos, Leo me tapó los ojos con las manos, me abrió la puerta del departamento, y me dijo: “Ya decoré la casa como vos querías. Este departamento es tu regalo de bodas”. A mí me encantó, porque yo quería seguir viviendo en este barrio, y no mudarme a Puerto Madero como él quería.
–¿Te dio algún papel que demuestre que esto es tuyo?
–No, siempre se hizo el distraído sobre ese tema. Y cuando mis amigos me insistían para que firme los papeles, Leo me decía que confíe en él, que lo íbamos a hacer más adelante. Entonces me relajé.
–¿Nunca te preguntaste cómo era posible que un chico de 27 años pudiera tener semejante fortuna?
–Sí, y se lo pregunté. Me dijo que era contador, que fue una persona privilegiada, que hizo grandes negocios manejando empresas y personas importantes. Ahora no creo que sea contador, ni que tenga título secundario. Cuando nos enamoramos creemos todo de nuestra pareja, pero Leo mató a la nena inocente que yo tenía interiormente, y ahora me convirtió en un Alien. El dolor me hizo una leona: quiero defender todo lo que la justicia diga que es mío, y que investiguen todas las cosas turbias que tiene Leo.
–¿Qué cosas te está reclamando?
–Mirá, Leo tiene plata mía que le presté para que invirtiera e hiciera un negocio. Pero lo peor es que quiere este departamento que me dio como regalo de bodas… ¡y ahora dice que no es suyo! Entonces mis abogados se van a encargar de sacar el velo societario, y ver quién es el dueño. Yo no tengo problema de irme a otro lugar, pero quiero que se haga justicia. Porque también hace poco vendió un campo que tenía en Mendoza, y tampoco sé qué pasó con el campo que compró en Uruguay.
–¿Existe algún documento que pruebe qué bienes son de Fariña y cuáles no?
–No, no hay nada… ni del Audi que dijo que era mío. Ese auto ahora se lo quedó Carlos Molinari, su socio. Y lo peor es que en el baúl estaba mi vestido de novia de Pablo Ramírez y no me lo devolvió.
–¿Para qué puede querer tu vestido de novia?
–Quizá se quiso quedar con el vestido para ponérselo y casarse con Ricardo Fort…
–¿Declaró ante la Justicia sobre cuál es su verdadero patrimonio?
–En Tribunales dijo que Molinari le debe diez palos, y que cinco me corresponden a mí, porque hizo esos negocios estando casado conmigo. Pero me reclama muchas cosas: quiere mi pavita rosa, mi chanchito cargador de celulares, mis zapatos, una de mis perras… porque él me regaló a Morena y a Choco, ¡pero ellas y Liza son mías! Ni quiero pensar en una tenencia compartida de las perras. Leo está muy mal, creo que quiere llevarse hasta mis tangas.
–¿Tenés miedo de quedar en la calle?
–No, porque yo soy una mujer que trabaja todo el tiempo, desde que hice la tapa de GENTE a los 18 años nunca dejé de trabajar. Pero su abogado dice que hasta el auto Smart que tengo le corresponde a Leo porque está a mi nombre y es un bien ganancial. Y él es tan trucho que no tiene nada a su nombre, porque siempre tuvo miedo que le inhiban sus bienes. Como no soy millonaria, y quiero proteger mis cosas, fui a Comodoro Py a presentar un escrito con mis abogados para pedir protección de mis bienes conyugales y futuros. Además me puse a disposición de la justicia: yo sé que no puedo declarar en contra de él, pero sí en contra de otra gente.
–Ups, eso suena a amenaza… Decime, ¿cómo fueron los encuentros en Tribunales?
–La primera vez me quiso saludar, pero yo le di vuelta la cara. La segunda, nos dimos la mano; y después él me dio la espalda. Se reía de mí con Ivan Mendoza, su abogado. Por suerte yo estaba contenida por mis abogados, Carlos Fromen y Carlos Sánchez Herrera. Yo sólo reclamo lo que la justicia diga que me corresponde.
–¿Dónde está viviendo Leo hoy?
–Me contaron que está viviendo en un departamento en Las Cañitas, y con dos mujeres. Hace ya un un mes que no duerme acá, pero aconsejado por sus abogados viene veinte minutos por día a pasar tarjeta, para justificar que no hizo abandono de hogar.
–¿Se tratan bien al verse?
–Si fuera por mí, le tiro todo por la ventana. Pero está siendo correcto: me llama, me dice que va a venir, entra por la puerta de servicio, y se lleva alguna ropa que tiene. Yo quiero respetar todo lo que la justicia pide, pero no lo quiero ver más.
–¿Pediste una exclusión del hogar por violencia?
–No, la violencia fue psicológica. Es muy difícil verte como cornuda por todas partes. Ya hicimos dos audiencias conciliatorias, donde la jueza intenta que nos llevemos bien, pero es imposible. Todos los días me vive ensuciando en los medios. Leo es un mitómano y psicópata.
–¿Es difícil salir a la calle con el cartel de cornuda?
–Sí, es tremendo. Cuando vi el primer video de Leo con una chica en el programa de Rial sentí que me iba a desmayar. No podía creer que mi marido, al que le cocinaba entangada y lo esperaba en baby doll, me engañaba… ¡y lo estaba viendo por tevé! Lo más difícil de todo es que Leo me rompió el corazón, me humilló en público, me manipuló los sentimientos, me lastimó la estima. Estoy tan destrozada que salir de esto me va a llevar un tiempo muy largo de terapia.
FuenteGente
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