Respirá profundo durante cinco minutos.Sentada o de pie, lo importante es que tu espalda permanezca erguida. Realizá una exhalación y, luego, inhalá hondo, mientras colocás tus manos sobre la base de tus costillas. El movimiento del diafragma masajea tu corazón, que, a su vez, actúa sobre esas terminaciones nerviosas de tu cuerpo que suelen tensionarse cuando estás estresada.
Visualizá. Imaginá que una luz clara ingresa por tu coronilla (la cúspide de tu cabeza), relaja tus mandíbulas, libera todas las tensiones de tu cara y se expande hacia el resto de tu cuerpo.
Comé algo dulce. Durante los períodos de ansiedad, el organismo necesita glucosa para contribuir a la asimilación cerebral de serotonina (la hormona que garantiza el equilibrio en el ánimo). Para no excederte con el azúcar, reemplazala por dulces naturales, como higos secos, nueces o almendras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario