Hasta los 6 meses de edad, se recomienda la lactancia materna exclusiva, que cubre óptimamente todos los requerimientos nutricionales de un bebé para su adecuado crecimiento y maduración. “El comienzo de las primeras papillas −es decir, de la alimentación complementaria a la lactancia materna que, de ser posible, será mantenidahasta los 2 años de edad del niño− implica que el bebé ha logrado un buen desarrollo de sus funciones digestivas, así como también que por dicha edad aparecen los primeros movimientos masticatorios verticales y que se debilita el conocido reflejo de protrusión de la lengua, normal en los primeros meses, con lo cual el pequeño puede llevar los alimentos hacia la parte posterior de la boca y de tal manera coordinar la deglución de las primeras papillas”, explica el Dr.
Marcos Mercado, pediatra de la Sociedad Argentina de Pediatría. Agrega que el niño ya tiene un buen sostén de su cabeza y puede demostrar sus sensaciones de hambre o saciedad (que siempre deberán ser respetadas por quien lo alimente).
Incorporando sabores, texturas, olores y colores
El médico explica que el rechazo inicial a los sabores y texturas nuevas es esperable y normal. Este fenómeno se conoce comoneofobia, y es un comportamiento habitual en los bebés, que necesitan de cierto tiempo para reconocer, adaptarse y aceptar los nuevos alimentos. Hay que tener paciencia y no angustiarse ni sentir temor. “Para la mejor aceptación de los alimentoscomplementarios, la textura deberá ser suave y el sabor dulce (como la leche materna), pero sin agregar azúcar, sino poniéndole leche materna a las papillas. Además, sonimportantes el color y el olor”, describe el pediatra.
En cuanto al número de comidas, el especialista sugiere comenzar con 1 comida al día (al mediodía o a la noche, según la dinámica familiar), y progresar a 2 entre los 6 a 8 meses. Entre los 9 y los 11 meses recomienda 3 comidas, y entre los once y los 23 meses aumentar a 4 comidas Además, el Dr. Mercado informa que, dado que las papillas comúnmente elegidas tienen muy baja densidad calórica, se les puede agregar 5 mililitros de aceite de maíz u oliva por cada 100 gramos de papilla. Sobre la sal, manifiesta que los alimentos naturalmente contienen el sodio necesario para un buen funcionamiento del cuerpo, por lo que no se debería incorporar más. De esta manera, no forzamos el funcionamiento de sus riñones.
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