Ésta puede ser causada por infección bacteriana o fúngica (hongos), por deficiencia de vitaminas B, por parásitos intestinales, o por irritación causada por exceso de duchas o el uso de esprays desodorantes.
También puede ser causada por tricomonas u otros organismos que se transmiten por vía sexual.
Igualmente puede contribuir a la aparición de la vaginitis la falta de higiene, el uso de prendas apretadas de material sintético (no permite la libre circulación del aire), la diabetes, los anticonceptivos orales y el tratamiento prolongado de antibióticos que alteran la flora natural de la vagina.Los síntomas más comunes de vaginitis son:
También puede ser causada por tricomonas u otros organismos que se transmiten por vía sexual.
Igualmente puede contribuir a la aparición de la vaginitis la falta de higiene, el uso de prendas apretadas de material sintético (no permite la libre circulación del aire), la diabetes, los anticonceptivos orales y el tratamiento prolongado de antibióticos que alteran la flora natural de la vagina.Los síntomas más comunes de vaginitis son:
Sensación de quemazón o ardor
Prurito
Olor no habitual
Enrojecimiento de la vulva
Flujo blanquecino o o sanguinolento, poco espeso y maloliente (síntoma de vaginitis atrófica)
Flujo vaginal inodoro, espeso, blanquecino y abundante (síntoma de infección por hongos).
Flujo vaginal grisáceo o blanquecino con olor a pescado (síntoma de vaginosis bacteriana)
Las mujeres posmenopáusicas y a quienes se les han extirpado los ovarios quirúrgicamente tienen una alta susceptibilidad a la vaginitis (atrófica) debido a una reducción en los estrógenos.Remedios populares
1: Extraer el gel contenido en una penca de áloe vera o sábila y aplicar de forma directa sobre el área genital con el fin de aliviar el picor.
2: Consumir, a diario, 2 dientes de ajo. Igualmente, se puede agregar a una ensalada que contenga cebolla y perejil para potenciar su poder antisépticos.
3: Lavar, pelar y machacar tres dientes de ajos. Colocar en un recipiente que contenga 1/2 litro de agua. Hervir por 10 minutos. Pasado ese tiempo, retirar del fuego, dejar refrescar y realizar un baño de asiento una vez al día, especialmente antes de dormir, durante una semana.
4: Aplicar, dos veces al día, 2 cucharaditas de yogur natural, preferiblemente de cabra, en la región vaginal.
5: Hervir 2 puñados de hojas de salvia en 1 litro de agua durante 10 minutos. Pasado ese tiempo, retirar del fuego y dejar refrescar. Luego, realizar un lavado del área genital durante 5 minutos. Repetir este remedio dos veces al día.
6: Hervir en 2 litros de agua 60 g de hojas de malva y 60 g de hojas de llantén mayor hasta reducir a 1 litro. Después, colar y tomar esta infusión a lo largo del día por 16 días consecutivos y luego descansar 10. Este remedio resulta eficaz para reducir la inflamación de la vaginitis.
7: Hervir, durante 10 minutos, 1 litro de agua y verter 60 g. de flores de maravilla y 40 g de flores de saúco. Retirar del fuego, tapar y dejar en infusión durante 20 minutos, colar y realizar baños de asiento durante una semana. Este remedio reduce la inflamación y es antiséptico por lo cual ayuda a combatir la vaginitis.
8: Aplicar en el agua de la tina de baño varias gotas de aceite del árbol del té el cual ayuda a combatir la vaginitis cuando ésta es causada por una infección.
9: Abrir una cápsula de vitamina E y aplicar el aceite en el área inflamada para aliviar el escozor o prurito de la vaginitis.
Recomendaciones
Beber más de 2 litros de agua o líquidos al día (zumos).
Consumir yogur natural a diario.
Incrementar el consumo de alimentos con fibra (los de tipo integral, frutas y verduras).
Reducir el consumo de café o alcohol.
Evitar los alimentos que incluyan levaduras como pan, harina refinada, pizzas, pastas, etc.
Evitar los alimentos como el queso maduro, bollería industrial y azúcar refinado o blanco, chocolate, las frutas secas, el jamón, la miel y las mantequillas de nuez.
Eliminar de su dieta las frutas cítricas y ácidas (naranja, toronja, limón, tomate, piña y lima) hasta que la inflamación haya cedido.
No tomar suplementos de hierro mientras la inflamación persista. Las bacterias infecciosas necesitan hierro para poderse desarrollar. Cuando hay infección bacteriana, el organismo “esconde” el hierro almacenándolo en el hígado, el bazo y la médula ósea a fin de inhibir el desarrollo de las bacterias.
No utilizar ropas ajustadas y los materiales sintéticos.
Usar ropa interior de algodón para facilitar la transpiración y reducir la producción de sudor y humedad.
No permanecer con el traje de baño húmedo durante ratos largos.
Cambiar de método anticonceptivo en caso de usar anticonceptivos orales, ya que éstos pueden alterar el equilibrio de los microorganismos del cuerpo y fomentar la aparición de la vaginitis.
No usar productos para la higiene genital agresivos como los jabones ácidos, los desodorantes vaginales, el papel higiénico perfumado, duchas vaginales especialmente aquéllas con aroma dulce porque pueden alterar el equilibrio vaginal y propiciar que aparezcan de la vaginitis.
Acudir al doctor si, a pesar de los remedios y recomendaciones arriba presentados, los síntomas persisten o se empeoran. En el caso de la mujer embarazada, es necesario acudir al doctor ante la menor sospecha, ya que la vaginitis bacterial podría causar, entre otras complicaciones, que el bebé naciera antes de tiempo o con problemas de salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario