- Organizar las finanzas del hogar no es tarea fácil. Algunos meses son más fuertes que otros.
Los gastos suben o el ingreso baja y tienes que organizarte para sacar adelante a tu familia. Siempre habrá cosas que podrás recortar temporalmente como las clases de yoga, fut o ballet. Pero generalmente terminas por economizar lo que ya tienes. Probablemente cambies tus focos, por ahorradores.
O laves tu ropa por la mañana y la cuelgues al tendedero. Tal vez aguante el traje otra puesta, antes de mandarlo a la tintorería. Pero el caso de la comida, no siempre es fácil. La mayoría no sabe qué hacer para ahorrar.
Aquí entre nos, es por ahí donde más dinero se cuela. Así que quiero compartirte unos tips para que ahorres en la cocina:
Organiza tu refrigerador. Por dos razones, la primera, para estar al corriente de los guisados sobrantes y tener la opción de recalentar. La segunda, por higiene. Porque cuando sobrevive un alimento y emprende un proceso de descomposición, sus toxinas contaminan el resto de tus productos acortando su tiempo de vida.
También es conveniente guardar las frutas y verduras limpias. Las hierbas desinfectadas, en bolsas separadas y envueltas en una servilleta húmeda. Los guisados en contenedores herméticos. Los quesos y las carnes frías en separadores, al igual que la mantequilla. A mí me gusta la repisa de hasta arriba, que es la más fría, para este fin. Utilizo las centrales para los guisados, salsas y tortillas. En las puertas, la mayonesa, ketchup y productos con conservadores.
Checa tu alacena. Las fechas de caducidad pasan más rápido de lo que creemos. Acomodarlos de acuerdo a su fecha de consumo optimiza tu bolsillo. Si hay algo que me desespera es tener que ir al supermercado cada vez que se me termina un producto. Porque es como el dinero se escapa. Generalmente tengo reservas para que esto no me suceda. Por ejemplo, guardo una mayonesa extra, algunas botanas, cereales, galletas... y en caso de que saque algo de la alacena, lo anoto en la lista del mandado.
Cultiva. Siempre hay un espacio en casa para sembrar. ¡Yo uso el techo! Recolecto lo que más utilizo: jitomates, hierbas, chiles. Bastante redituable para mi bolsillo. Interesante y divertido.
Apuéstale a lo vegetariano. Hay varias ventajas: mejoras considerablemente tu estado de salud, bajas de peso comiendo sano y gastas menos dinero. Economizas si dejas de consumir carne, pollo, pescado... dos o tres veces por semana. Las verduras de temporada son baratas y te ofrecen los nutrientes que tu cuerpo necesita, libre de grasa saturada. Por si fuera poco, esta dieta ha lo grado revertir todas las enfermedades crónicas del siglo.
Porciones. Las porciones son el gran secreto de cualquier dieta saludable. Ningún exceso es beneficioso para la salud. Cuando vamos al súper se nos olvida y empezamos a pensar “por si”. Por si viene el amigo, alguien quiere más... “por si las moscas”. Desgraciadamente siempre sobra ese tanto. Pero si tus cálculos son correctos, no habrá más merma. Por otra parte, cuidas la alimentación de tu familia.
Sé chef. Cocinar es la mejor herramienta que existe para la salud. Porque tomas el control. Te enteras de los ingredientes de una receta y los puedes manipular. Eliminar grasas saturadas, elegir harinas integrales, agregarle más verduras a tus guisados, ponerle más agua a la sopa. Así nunca te faltará comida. ¡Trata, también, de reinventar los recalentados! Así reutilizas y nuevamente te verás ahorrando tiempo y dinero.
Hierve el agua. ¿Cuánto gastas en garrafones a la semana? Tenemos la idea de que si no es agua embotellada o de garrafón, no es pura. Y al mismo tiempo, crecimos en casas donde se tomaba agua hervida. Para asegurarte de que el agua sea realmente potable, déjala hervir de 10-15 minutos después de su ebullición.
Vuélvete ecológico. Aprovecha todo. No desperdicies. Crea una conciencia que actúe en pos de la vida. Sacarle jugo al jabón o las servilletas es muy válido. Es apostarle a un mundo mejor. Respetar el agua al lavar los trastes, el gas al cocinar. Desenchufar aparatos eléctricos, sembrar... Crea una energía de respeto con la existencia y ahorras.
Espero que estos consejos te sirvan para llevar una vida más sana y de bajo presupuesto.
Fuente: excelsior.mx
Aquí entre nos, es por ahí donde más dinero se cuela. Así que quiero compartirte unos tips para que ahorres en la cocina:
Organiza tu refrigerador. Por dos razones, la primera, para estar al corriente de los guisados sobrantes y tener la opción de recalentar. La segunda, por higiene. Porque cuando sobrevive un alimento y emprende un proceso de descomposición, sus toxinas contaminan el resto de tus productos acortando su tiempo de vida.
También es conveniente guardar las frutas y verduras limpias. Las hierbas desinfectadas, en bolsas separadas y envueltas en una servilleta húmeda. Los guisados en contenedores herméticos. Los quesos y las carnes frías en separadores, al igual que la mantequilla. A mí me gusta la repisa de hasta arriba, que es la más fría, para este fin. Utilizo las centrales para los guisados, salsas y tortillas. En las puertas, la mayonesa, ketchup y productos con conservadores.
Checa tu alacena. Las fechas de caducidad pasan más rápido de lo que creemos. Acomodarlos de acuerdo a su fecha de consumo optimiza tu bolsillo. Si hay algo que me desespera es tener que ir al supermercado cada vez que se me termina un producto. Porque es como el dinero se escapa. Generalmente tengo reservas para que esto no me suceda. Por ejemplo, guardo una mayonesa extra, algunas botanas, cereales, galletas... y en caso de que saque algo de la alacena, lo anoto en la lista del mandado.
Cultiva. Siempre hay un espacio en casa para sembrar. ¡Yo uso el techo! Recolecto lo que más utilizo: jitomates, hierbas, chiles. Bastante redituable para mi bolsillo. Interesante y divertido.
Apuéstale a lo vegetariano. Hay varias ventajas: mejoras considerablemente tu estado de salud, bajas de peso comiendo sano y gastas menos dinero. Economizas si dejas de consumir carne, pollo, pescado... dos o tres veces por semana. Las verduras de temporada son baratas y te ofrecen los nutrientes que tu cuerpo necesita, libre de grasa saturada. Por si fuera poco, esta dieta ha lo grado revertir todas las enfermedades crónicas del siglo.
Porciones. Las porciones son el gran secreto de cualquier dieta saludable. Ningún exceso es beneficioso para la salud. Cuando vamos al súper se nos olvida y empezamos a pensar “por si”. Por si viene el amigo, alguien quiere más... “por si las moscas”. Desgraciadamente siempre sobra ese tanto. Pero si tus cálculos son correctos, no habrá más merma. Por otra parte, cuidas la alimentación de tu familia.
Sé chef. Cocinar es la mejor herramienta que existe para la salud. Porque tomas el control. Te enteras de los ingredientes de una receta y los puedes manipular. Eliminar grasas saturadas, elegir harinas integrales, agregarle más verduras a tus guisados, ponerle más agua a la sopa. Así nunca te faltará comida. ¡Trata, también, de reinventar los recalentados! Así reutilizas y nuevamente te verás ahorrando tiempo y dinero.
Hierve el agua. ¿Cuánto gastas en garrafones a la semana? Tenemos la idea de que si no es agua embotellada o de garrafón, no es pura. Y al mismo tiempo, crecimos en casas donde se tomaba agua hervida. Para asegurarte de que el agua sea realmente potable, déjala hervir de 10-15 minutos después de su ebullición.
Vuélvete ecológico. Aprovecha todo. No desperdicies. Crea una conciencia que actúe en pos de la vida. Sacarle jugo al jabón o las servilletas es muy válido. Es apostarle a un mundo mejor. Respetar el agua al lavar los trastes, el gas al cocinar. Desenchufar aparatos eléctricos, sembrar... Crea una energía de respeto con la existencia y ahorras.
Espero que estos consejos te sirvan para llevar una vida más sana y de bajo presupuesto.
Fuente: excelsior.mx
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