Cuando te enfurecés con tu chico, tu cerebro recibe una descarga de adrenalina comparable a la que genera la excitación sexual. Sin embargo, no te conviene ceder al impulso y acostarte con él. “Tal vez no sea el momento más adecuado para conectarte con el otro. Además, existe el riesgo de que el placer funcione como un parche que tape cuestiones importantes”, dice la psicoanalista Laura Orsi, de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
LOCA POR VOS
Por muchas razones, una discusión de pareja puede terminar en la cama. Para algunas personas, la pelea es una forma de romper con la monotonía: aseguran que el sexo de la reconciliación es el más apasionado. Pero si te acostumbrás a salir de la rutina de esa manera, no te va a ser fácil construir una relación saludable. “Está demostrado que los vínculos que perduran se basan en el diálogo. Si tu manera de comunicarte con el otro es discutir primero y tener sexo después, no te resultará fácil sostener esa modalidad en el tiempo”, advierte Laura Orsi.
¿Pasás del enfrentamiento a la pasión sexual en cuestión de minutos? Eso revela cierta incapacidad para conectarte con tu novio. Tus recursos y tus mecanismos de acercamiento son bastante limitados: es evidente que no podés hablar de lo que te molesta y que optás por reemplazar las quejas con besos y caricias. Pero aunque en el momento la pases genial, una sesión erótica no resuelve los problemas de fondo.
LO QUE UN REVOLCÓN NO ARREGLA
¿Te sentís profundamente dolida por algo que tu hombre hizo o te dijo? El sexo no lo va a remediar. ¿Estás pensando en separarte y no sabés cómo decírselo? Acostarte con él no va a ayudarte a resolver la situación. ¿Sospechás que tu novio te engaña? Arrastrarlo a la cama no te va a tranquilizar. ¿Pensás que él no está tan enamorado de vos? Una sesión hot no despertará su amor. O sea: un orgasmo no garantiza el futuro de la pareja. “Sin embargo, se da por sentado eso. Tal vez porque a muchos les resulta más cómodo acercarse físicamente al otro que desnudar sus verdaderos sentimientos”, explica Orsi. Deberías hablar francamente con tu pareja de lo que te preocupa o te angustia, sin tomar por el atajo que conduce a la cama. Claro que en esta instancia entra en juego el valor que los varones y las mujeres le damos al sexo. Para el hombre, un encuentro erótico después de una pelea equivale a una reconciliación. En cambio, nosotras lo hacemos y pensamos: “Tenemos una charla pendiente”.
CUANDO NO DAÑA
Sin embargo, cuando no se trata de un tema serio, sino de una discusión tonta (no te bancás que deje las toallas mojadas en el piso del baño, por ejemplo), pueden resolver la cuestión entre las sábanas. Es más: el alivio del clímax quizá los ayude a recapacitar y a admitir que peleaban por una reverenda pavada. Lo importante es que sientas que, más allá de esa discusión, vos y él forman un equipo. “Mantener el enojo por una tontería no es recomendable. A veces, el sexo sirve para hacer las paces y para confirmar que, más allá de la pelea, las cuestiones importantes y de fondo están claras y son válidas para los dos”, afirma Orsi. Vos y él saben que después del round erótico van a retomar el tema, pero ahora necesitan distraerse un rato.
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