En concreto, según ha explicado uno de los autores del estudio, Bert Uchino, han visto que cuando dentro de la pareja los dos no están seguros de su amor, su riesgo -de sufrir una enfermedad cardiaca- es más elevado, ya que la salud de ambos es «interdependiente», reseñó el diario ABC.
Estudios previos habían analizado los efectos sobre la salud de los sentimientos positivos o negativos dentro de las parejas, pero Uchino y su equipo reconocen que en la mayoría de casos la realidad de una relación sentimental es muy compleja y se mezclan muchos sentimientos. Por ello, y para ver el efecto a largo plazo que podían tener en el corazón tales sentimientos, reclutaron a 136 parejas que llevaban mucho tiempo casados, 36 años de media, mientras que la edad media de cada miembro eran 63 años.
Pensamiento positivo
Los participantes respondieron a varios cuestionarios para evaluar los sentimientos sobre su pareja en los que cada persona tenía que valorar lo útil que había sido en los momentos en que necesitaron apoyo, consejo o algún tipo de favor. Sus respuestas las simplificaron con una escala de puntuación que distinguía entre «pensamiento positivo» o «pensamiento negativo».
Estudios previos habían analizado los efectos sobre la salud de los sentimientos positivos o negativos dentro de las parejas, pero Uchino y su equipo reconocen que en la mayoría de casos la realidad de una relación sentimental es muy compleja y se mezclan muchos sentimientos. Por ello, y para ver el efecto a largo plazo que podían tener en el corazón tales sentimientos, reclutaron a 136 parejas que llevaban mucho tiempo casados, 36 años de media, mientras que la edad media de cada miembro eran 63 años.
Pensamiento positivo
Los participantes respondieron a varios cuestionarios para evaluar los sentimientos sobre su pareja en los que cada persona tenía que valorar lo útil que había sido en los momentos en que necesitaron apoyo, consejo o algún tipo de favor. Sus respuestas las simplificaron con una escala de puntuación que distinguía entre «pensamiento positivo» o «pensamiento negativo».
En función de esto, vieron que el 30 por ciento los individuos encuestados calificaron a sus parejas con «pensamientos positivos» pero, en el 70 por ciento de los casos, mezclaban sentimientos positivos y negativos, lo que los investigadores definieron con el término «indeciso».
Los científicos también midieron el riesgo de enfermedad cardiaca de los participantes, utilizando imágenes para medir la acumulación de calcio en las paredes de las arterias del corazón. También midieron los niveles de colesterol y azúcar en sangre, así como aquellos hábitos de vida como la actividad física o el tabaquismo, que pueden influir en el riesgo cardiaco.
De este modo, vieron que en las parejas en las que ambos cónyuges se sentían «indecisos» con el otro había una acumulación «significativamente mayor» de calcio en sus arterias, lo que supone un mayor riesgo cardiovascular. Además, los otros parámetros clínicos evaluados y sus hábitos de vida no sirvieron para explicar este mayor riesgo.
Asimismo, vieron que una puntuación negativa de la relación con la pareja también puede afectar al riesgo cardiovascular a largo plazo. De igual modo, los autores aseguran que probablemente estos efectos se puedan extrapolar a cualquier otra relación sentimental, no sólo a los que estén casados. «En una relación íntima, como un matrimonio, se pasa mucho tiempo juntos», reconoce Uchino, quien ha visto como aquellas personas que mezclaban sentimientos positivos y negativos hacia otra persona solían ser menos propensos a apoyarse en su pareja en busca de apoyo.
Los científicos también midieron el riesgo de enfermedad cardiaca de los participantes, utilizando imágenes para medir la acumulación de calcio en las paredes de las arterias del corazón. También midieron los niveles de colesterol y azúcar en sangre, así como aquellos hábitos de vida como la actividad física o el tabaquismo, que pueden influir en el riesgo cardiaco.
De este modo, vieron que en las parejas en las que ambos cónyuges se sentían «indecisos» con el otro había una acumulación «significativamente mayor» de calcio en sus arterias, lo que supone un mayor riesgo cardiovascular. Además, los otros parámetros clínicos evaluados y sus hábitos de vida no sirvieron para explicar este mayor riesgo.
Asimismo, vieron que una puntuación negativa de la relación con la pareja también puede afectar al riesgo cardiovascular a largo plazo. De igual modo, los autores aseguran que probablemente estos efectos se puedan extrapolar a cualquier otra relación sentimental, no sólo a los que estén casados. «En una relación íntima, como un matrimonio, se pasa mucho tiempo juntos», reconoce Uchino, quien ha visto como aquellas personas que mezclaban sentimientos positivos y negativos hacia otra persona solían ser menos propensos a apoyarse en su pareja en busca de apoyo.
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