Según una investigación publicada en el Journal of Nonverbal Behavior de Guilford Press, la forma de caminar es un código, una alternativa humana que comunica y que lleva impresa la velocidad natural de cada persona.
Ahora imagina que la gente piense que eres de una manera u otra por la forma en que caminas, la velocidad o los movimientos que haces y hasta las pausas que haces al estar en marcha.
Si así caminas, esta es tu personalidad...
Analizando movimiento de pelvis y tórax, los científicos llegaron a estas conclusiones:
El caminar rápido sugiere que la persona es inquieta y desea cumplir sus metas lo antes posible. Una persona determinada.
Caminar despacio y titubeante está relacionado también con una personalidad tímida e insegura.
Quien camina bajando y encorvando los hombros, denota que atraviesa por situaciones de tristeza o depresivas.
Aquellos que dan zancadas más cortas y se balancean menos al caminar, son vistos como personas vulnerables.
Distintos modos de verse
Hasta en la forma de caminar, se puede determinar si eres joven o viejo, pues hay movimientos con ritmo más dinámico, por el vaivén de caderas; mientras que otros, acentúan más el vaivén los brazos.
Quienes fluyen al caminar, se muestran relajados y sueltan los hombros a los lados, transmiten una actitud juvenil y despreocupada; mientras quienes caminan rígido y con los hombros hacia adelante, dan la apariencia de mayor edad o autoridad.
Por lo que hemos visto, no solo el rostro comunica y si aprendemos a entender nuestra forma de caminar, podemos ser más felices y tener mejores resultados en nuestros planes de vida.
Fuente: Salud180
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