¿Te suena esta frase?
Muchas veces estamos con nuestras parejas, y éstas, descaradamente no dejan de mirar a mujeres en otras mesas sin importarles qué estamos pensando. Nos sentimos mal, incómodas y humilladas, porque se supone que estamos con la persona que amamos y “supuestamente” nos respeta, y si hace eso delante de nosotras ¿qué hará cuando estamos lejos de él?
Cuantas veces amigas, nos vemos en esta situación tan fea, nos duele todo y hasta se nos quita el hambre, las ganas y todo. Aún no comprendo porqué siempre necesitan tener sus ojos pegados en un trasero o en unos pechos.
Y conste que las mujeres de hoy nos arreglamos, nos ponemos lindas para salir un fin de semana con nuestras parejas, estamos ilusionas, y todo eso se nos viene encima cuando nos hacen estas ordinarieces, de estar mirando a las mujeres que están a nuestro lado y si le preguntas o le dices algo, uff te monta un escándalo: que eres una celosa, que eres una persona con la que no se puede salir, que tienes tu autoestima por los suelos… y al final siempre resulta que somos nosotras quienes tenemos la culpa, y nos quedamos calladas, resignadas a lo que él nos diga o quiera hacer…
Pero ¿por qué aguantamos semejante humillación?
No tenemos porqué permitir ese atropello, debes respetarte, pedir a Dios que te haga una mujer fuerte y decir “¡Basta! Tú no me volverás hacer esto. O estás conmigo o sales solo porque yo soy una persona valiosa que vale mucho más de lo que tu mereces.”
Y así es amiga, debes saber rayar la cancha y ponerte en tu lugar, en este sitio estamos muy orgullosas de todas ustedes, en la tremenda evolución que han tenido este año, han sido mujeres muy valientes que saben expresar sentimientos a través de cartas y poemas…
Son mujeres excepcionales, y Dios les ayudará en todo lo que deseen hacer, porque Dios las hizo mujeres, madres , esposas e hijas.
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