Existen varios estudios farmacológicos que han demostrado sus efectos como diurético, desinflamante, tranquilizante, hipotensor, anticonvulsivo, estimulante uterino, inhibidor de tumores, además de su acción antibiótica contra microorganismos que provocan infecciones intestinales y respiratorias. Estas acciones justifican varios de los usos populares, que con fines terapéuticos se le atribuyen a este vegetal.
Mejora la digestión: el apio estimula la producción de saliva y jugos gástricos. Además tiene la propiedad de ser un laxante natural muy eficiente en la lucha contra el estreñimiento. Previene los gases y neutraliza el exceso de las bacterias encargadas de la fermentación intestinal. Comiendo apio con frecuencia lograrás regularizar todas las funciones del intestino, en forma suave y natural
.Relajante: gracias a su contenido en vitaminas B1, B2 y B6, este vegetal actúa como un eficaz tranquilizante y sedante. Por sus efectos relajantes, alivia muchos dolores de cabeza, contracturas y calambres. Por sus minerales alcalinos orgánicos, tiene un efecto relajante del sistema nervioso, siendo ideal para personas con ansiedad, trastornos relacionados al estrés e insomnio.
Antibacterial: su aceite esencial tiene propiedades antibacterianas, las cuales ayudan a combatir infecciones en riñones causadas por virus o bacterias. En algunos procesos gripales y bronquiales ayuda eliminando catarros y flemas, además de ejercer una acción expectorante.
Diurético: en sus semillas contiene aceites esenciales (selineno y limoneno), que lo hacen actuar como un potente diurético que activa a tus riñones. Esto hace posible tratar insuficiencias renales, gota o piedras en el riñón. Además, favorece la eliminación de agua y de sustancias tóxicas por la orina. Por ello, resulta eficaz contra problemas de retención de líquidos.
Desinflama: varios estudios revelan que los flavonoides del apio (compuestos con acción antioxidante, antiinflamatoria, hipouricemiante e inmunoestimulante) ayudan a la renovación de las articulaciones y del tejido conjuntivo, ayudando en casos de artrosis, artritis reumatoide, reuma y gota en los que alivia el dolor. Usado de forma tópica, limpia heridas y quemaduras facilitando su cicatrización. Puede emplearse para hacer enjuagues bucales en casos de infección, llagas o problemas de encías.
Ideal para perder peso: por su bajo contenido calórico y por su poder saciante, las abuelitas recomendaban un vaso de zumo de apio por las mañanas para controlar el apetito. Por ser un diurético leve útil en casos de retención de líquidos y por su poder depurativo, también ejerce un efecto de limpieza en el organismo.
Podría prevenir ciertos tipos de cáncer:un artículo publicado en la revista Cell Death and Disease, Maikel Peppelenbosch, de la Universidad de Groningen (Holanda), reveló que la apigenina (un flavonoide presente en el apio), detiene el desarrollo de dos tipos de células propias de la leucemia e interrumpe sus posibilidades de sobrevivir. Esto lo convierte en un buen agente preventivo de la enfermedad. Existen estudios previos que han demostrado que estos compuestos (flavonoides) también podrían prevenir el cáncer de ovario.
Antihipertensivo: estudios llevados por William Elliot profesor de Medicina y Farmacología en la Universidad de Chicago (EEUU) indican que el apio puede prevenir la hipertensión, gracias a uno de sus compuestos, el ftalido, sustancia que le confiere su peculiar aroma, ya que esta sustancia relaja los músculos lisos de los vasos sanguíneos ampliando su diámetro.
Mejora la digestión: el apio estimula la producción de saliva y jugos gástricos. Además tiene la propiedad de ser un laxante natural muy eficiente en la lucha contra el estreñimiento. Previene los gases y neutraliza el exceso de las bacterias encargadas de la fermentación intestinal. Comiendo apio con frecuencia lograrás regularizar todas las funciones del intestino, en forma suave y natural
.Relajante: gracias a su contenido en vitaminas B1, B2 y B6, este vegetal actúa como un eficaz tranquilizante y sedante. Por sus efectos relajantes, alivia muchos dolores de cabeza, contracturas y calambres. Por sus minerales alcalinos orgánicos, tiene un efecto relajante del sistema nervioso, siendo ideal para personas con ansiedad, trastornos relacionados al estrés e insomnio.
Antibacterial: su aceite esencial tiene propiedades antibacterianas, las cuales ayudan a combatir infecciones en riñones causadas por virus o bacterias. En algunos procesos gripales y bronquiales ayuda eliminando catarros y flemas, además de ejercer una acción expectorante.
Diurético: en sus semillas contiene aceites esenciales (selineno y limoneno), que lo hacen actuar como un potente diurético que activa a tus riñones. Esto hace posible tratar insuficiencias renales, gota o piedras en el riñón. Además, favorece la eliminación de agua y de sustancias tóxicas por la orina. Por ello, resulta eficaz contra problemas de retención de líquidos.
Desinflama: varios estudios revelan que los flavonoides del apio (compuestos con acción antioxidante, antiinflamatoria, hipouricemiante e inmunoestimulante) ayudan a la renovación de las articulaciones y del tejido conjuntivo, ayudando en casos de artrosis, artritis reumatoide, reuma y gota en los que alivia el dolor. Usado de forma tópica, limpia heridas y quemaduras facilitando su cicatrización. Puede emplearse para hacer enjuagues bucales en casos de infección, llagas o problemas de encías.
Ideal para perder peso: por su bajo contenido calórico y por su poder saciante, las abuelitas recomendaban un vaso de zumo de apio por las mañanas para controlar el apetito. Por ser un diurético leve útil en casos de retención de líquidos y por su poder depurativo, también ejerce un efecto de limpieza en el organismo.
Podría prevenir ciertos tipos de cáncer:un artículo publicado en la revista Cell Death and Disease, Maikel Peppelenbosch, de la Universidad de Groningen (Holanda), reveló que la apigenina (un flavonoide presente en el apio), detiene el desarrollo de dos tipos de células propias de la leucemia e interrumpe sus posibilidades de sobrevivir. Esto lo convierte en un buen agente preventivo de la enfermedad. Existen estudios previos que han demostrado que estos compuestos (flavonoides) también podrían prevenir el cáncer de ovario.
- Remineralizante: si por algo destaca esta generosa hortaliza (compuesta de un 95% de agua), es por que aporta minerales importantes como hierro, fósforo, calcio, potasio, cobre, azufre, aluminio, silicio, magnesio, zinc y vitaminas A, B1, B2, B6, B9, C, E, K, PP.
- Mejora la digestión: el apio estimula la producción de saliva y jugos gástricos. Además tiene la propiedad de ser un laxante natural muy eficiente en la lucha contra el estreñimiento. Previene los gases y neutraliza el exceso de las bacterias encargadas de la fermentación intestinal. Comiendo apio con frecuencia lograrás regularizar todas las funciones del intestino, en forma suave y natural.
- Relajante: gracias a su contenido en vitaminas B1, B2 y B6, este vegetal actúa como un eficaz tranquilizante y sedante. Por sus efectos relajantes, alivia muchos dolores de cabeza, contracturas y calambres. Por sus minerales alcalinos orgánicos, tiene un efecto relajante del sistema nervioso, siendo ideal para personas con ansiedad, trastornos relacionados al estrés e insomnio.
- Antibacterial: su aceite esencial tiene propiedades antibacterianas, las cuales ayudan a combatir infecciones en riñones causadas por virus o bacterias. En algunos procesos gripales y bronquiales ayuda eliminando catarros y flemas, además de ejercer una acción expectorante.
- Diurético: en sus semillas contiene aceites esenciales (selineno y limoneno), que lo hacen actuar como un potente diurético que activa a tus riñones. Esto hace posible tratar insuficiencias renales, gota o piedras en el riñón. Además, favorece la eliminación de agua y de sustancias tóxicas por la orina. Por ello, resulta eficaz contra problemas de retención de líquidos.
- Antihipertensivo: estudios llevados por William Elliot profesor de Medicina y Farmacología en la Universidad de Chicago (EEUU) indican que el apio puede prevenir la hipertensión, gracias a uno de sus compuestos, el ftalido, sustancia que le confiere su peculiar aroma, ya que esta sustancia relaja los músculos lisos de los vasos sanguíneos ampliando su diámetro.
- Desinflama: varios estudios revelan que los flavonoides del apio (compuestos con acción antioxidante, antiinflamatoria, hipouricemiante e inmunoestimulante) ayudan a la renovación de las articulaciones y del tejido conjuntivo, ayudando en casos de artrosis, artritis reumatoide, reuma y gota en los que alivia el dolor. Usado de forma tópica, limpia heridas y quemaduras facilitando su cicatrización. Puede emplearse para hacer enjuagues bucales en casos de infección, llagas o problemas de encías.menos
- Ideal para perder peso: por su bajo contenido calórico y por su poder saciante, las abuelitas recomendaban un vaso de zumo de apio por las mañanas para controlar el apetito. Por ser un diurético leve útil en casos de retención de líquidos y por su poder depurativo, también ejerce un efecto de limpieza en el organismo.
- Remineralizante: si por algo destaca esta generosa hortaliza (compuesta de un 95% de agua), es por que aporta minerales importantes como hierro, fósforo, calcio, potasio, cobre, azufre, aluminio, silicio, magnesio, zinc y vitaminas A, B1, B2, B6, B9, C, E, K, PP.
- Mejora la digestión: el apio estimula la producción de saliva y jugos gástricos. Además tiene la propiedad de ser un laxante natural muy eficiente en la lucha contra el estreñimiento. Previene los gases y neutraliza el exceso de las bacterias encargadas de la fermentación intestinal. Comiendo apio con frecuencia lograrás regularizar todas las funciones del intestino, en forma suave y natural.
- Relajante: gracias a su contenido en vitaminas B1, B2 y B6, este vegetal actúa como un eficaz tranquilizante y sedante. Por sus efectos relajantes, alivia muchos dolores de cabeza, contracturas y calambres. Por sus minerales alcalinos orgánicos, tiene un efecto relajante del sistema nervioso, siendo ideal para personas con ansiedad, trastornos relacionados al estrés e insomnio.
- Antibacterial: su aceite esencial tiene propiedades antibacterianas, las cuales ayudan a combatir infecciones en riñones causadas por virus o bacterias. En algunos procesos gripales y bronquiales ayuda eliminando catarros y flemas, además de ejercer una acción expectorante.
- Diurético: en sus semillas contiene aceites esenciales (selineno y limoneno), que lo hacen actuar como un potente diurético que activa a tus riñones. Esto hace posible tratar insuficiencias renales, gota o piedras en el riñón. Además, favorece la eliminación de agua y de sustancias tóxicas por la orina. Por ello, resulta eficaz contra problemas de retención de líquidos.
- Antihipertensivo: estudios llevados por William Elliot profesor de Medicina y Farmacología en la Universidad de Chicago (EEUU) indican que el apio puede prevenir la hipertensión, gracias a uno de sus compuestos, el ftalido, sustancia que le confiere su peculiar aroma, ya que esta sustancia relaja los músculos lisos de los vasos sanguíneos ampliando su diámetro.
- Desinflama: varios estudios revelan que los flavonoides del apio (compuestos con acción antioxidante, antiinflamatoria, hipouricemiante e inmunoestimulante) ayudan a la renovación de las articulaciones y del tejido conjuntivo, ayudando en casos de artrosis, artritis reumatoide, reuma y gota en los que alivia el dolor. Usado de forma tópica, limpia heridas y quemaduras facilitando su cicatrización. Puede emplearse para hacer enjuagues bucales en casos de infección, llagas o problemas de encías.menos
- Ideal para perder peso: por su bajo contenido calórico y por su poder saciante, las abuelitas recomendaban un vaso de zumo de apio por las mañanas para controlar el apetito. Por ser un diurético leve útil en casos de retención de líquidos y por su poder depurativo, también ejerce un efecto de limpieza en el organismo.
- Remineralizante: si por algo destaca esta generosa hortaliza (compuesta de un 95% de agua), es por que aporta minerales importantes como hierro, fósforo, calcio, potasio, cobre, azufre, aluminio, silicio, magnesio, zinc y vitaminas A, B1, B2, B6, B9, C, E, K, PP.
- Mejora la digestión: el apio estimula la producción de saliva y jugos gástricos. Además tiene la propiedad de ser un laxante natural muy eficiente en la lucha contra el estreñimiento. Previene los gases y neutraliza el exceso de las bacterias encargadas de la fermentación intestinal. Comiendo apio con frecuencia lograrás regularizar todas las funciones del intestino, en forma suave y natural.
- Relajante: gracias a su contenido en vitaminas B1, B2 y B6, este vegetal actúa como un eficaz tranquilizante y sedante. Por sus efectos relajantes, alivia muchos dolores de cabeza, contracturas y calambres. Por sus minerales alcalinos orgánicos, tiene un efecto relajante del sistema nervioso, siendo ideal para personas con ansiedad, trastornos relacionados al estrés e insomnio.
- Antibacterial: su aceite esencial tiene propiedades antibacterianas, las cuales ayudan a combatir infecciones en riñones causadas por virus o bacterias. En algunos procesos gripales y bronquiales ayuda eliminando catarros y flemas, además de ejercer una acción expectorante.
- Diurético: en sus semillas contiene aceites esenciales (selineno y limoneno), que lo hacen actuar como un potente diurético que activa a tus riñones. Esto hace posible tratar insuficiencias renales, gota o piedras en el riñón. Además, favorece la eliminación de agua y de sustancias tóxicas por la orina. Por ello, resulta eficaz contra problemas de retención de líquidos.
- Antihipertensivo: estudios llevados por William Elliot profesor de Medicina y Farmacología en la Universidad de Chicago (EEUU) indican que el apio puede prevenir la hipertensión, gracias a uno de sus compuestos, el ftalido, sustancia que le confiere su peculiar aroma, ya que esta sustancia relaja los músculos lisos de los vasos sanguíneos ampliando su diámetro.
- Desinflama: varios estudios revelan que los flavonoides del apio (compuestos con acción antioxidante, antiinflamatoria, hipouricemiante e inmunoestimulante) ayudan a la renovación de las articulaciones y del tejido conjuntivo, ayudando en casos de artrosis, artritis reumatoide, reuma y gota en los que alivia el dolor. Usado de forma tópica, limpia heridas y quemaduras facilitando su cicatrización. Puede emplearse para hacer enjuagues bucales en casos de infección, llagas o problemas de encías.menos
- Ideal para perder peso: por su bajo contenido calórico y por su poder saciante, las abuelitas recomendaban un vaso de zumo de apio por las mañanas para controlar el apetito. Por ser un diurético leve útil en casos de retención de líquidos y por su poder depurativo, también ejerce un efecto de limpieza en el organismo.
Desinflama: varios estudios revelan que los flavonoides del apio (compuestos con acción antioxidante, antiinflamatoria, hipouricemiante e inmunoestimulante) ayudan a la renovación de las articulaciones y del tejido conjuntivo, ayudando en casos de artrosis, artritis reumatoide, reuma y gota en los que alivia el dolor. Usado de forma tópica, limpia heridas y quemaduras facilitando su cicatrización. Puede emplearse para hacer enjuagues bucales en casos de infección, llagas o problemas de encías.
Remineralizante: si por algo destaca esta generosa hortaliza (compuesta de un 95% de agua), es por que aporta minerales importantes como hierro, fósforo, calcio, potasio, cobre, azufre, aluminio, silicio, magnesio, zinc y vitaminas A, B1, B2, B6, B9, C, E, K, PP.- Mejora la digestión: el apio estimula la producción de saliva y jugos gástricos. Además tiene la propiedad de ser un laxante natural muy eficiente en la lucha contra el estreñimiento. Previene los gases y neutraliza el exceso de las bacterias encargadas de la fermentación intestinal. Comiendo apio con frecuencia lograrás regularizar todas las funciones del intestino, en forma suave y natural.
- Relajante: gracias a su contenido en vitaminas B1, B2 y B6, este vegetal actúa como un eficaz tranquilizante y sedante. Por sus efectos relajantes, alivia muchos dolores de cabeza, contracturas y calambres. Por sus minerales alcalinos orgánicos, tiene un efecto relajante del sistema nervioso, siendo ideal para personas con ansiedad, trastornos relacionados al estrés e insomnio.
- Antibacterial: su aceite esencial tiene propiedades antibacterianas, las cuales ayudan a combatir infecciones en riñones causadas por virus o bacterias. En algunos procesos gripales y bronquiales ayuda eliminando catarros y flemas, además de ejercer una acción expectorante.
- Diurético: en sus semillas contiene aceites esenciales (selineno y limoneno), que lo hacen actuar como un potente diurético que activa a tus riñones. Esto hace posible tratar insuficiencias renales, gota o piedras en el riñón. Además, favorece la eliminación de agua y de sustancias tóxicas por la orina. Por ello, resulta eficaz contra problemas de retención de líquidos.
- Antihipertensivo: estudios llevados por William Elliot profesor de Medicina y Farmacología en la Universidad de Chicago (EEUU) indican que el apio puede prevenir la hipertensión, gracias a uno de sus compuestos, el ftalido, sustancia que le confiere su peculiar aroma, ya que esta sustancia relaja los músculos lisos de los vasos sanguíneos ampliando su diámetro.
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