sábado, 11 de abril de 2015

Mujeres sexualmente atrevidas: Las verdaderas razones de por qué son tan rechazadas por sus pares

La osadía se instaura de a poco en el género femenino, donde el destape se puede ver de forma constante en diferentes situaciones, abriendo para las mujeres una nueva forma de vida que deja aflorar la sexualidad como también otro tipo de placeres.
Así surge un nuevo concepto de mujer, una chica desinhibida frente a temáticas tabúes impuestas por la sociedad conservadora y un nicho tradicional.

Es en este escenario es que nos preguntamos, ¿qué es una mujer sexualmente atrevida? Según un artículo publicado por el psicólogo norteamericano y experto en sexualidad, David J. Ley, una mujer sexual es aquella que puede tener siete orgasmos a la semana, asimismo, gusta de las fiestas para conocer chicos y tiene más amigos hombres que mujeres.

En este contexto, es el mismo especialista quien plantea que las mujeres se sienten amenazadas por sus pares que tienen dicha conducta. Este temor radica en la educación impartida en nuestra sociedad y a la cultura que impera en el país, donde muchas reprimen su sexualidad y no dan paso al placer, rechazando así a quienes sí ceden a este goce y tienen un comportamiento mal mirado por el resto.

“Es cosa de echar una mirada al contexto social que nos rodea, donde aún encontramos una educación represiva, controladora y machista hacia la mujer, lo cual dificulta en cada una de ellas la libertad para expresar sus emociones, pensamientos y comportamientos deseados, generando así una serie de inseguridades que no le permiten ver más allá” sostuvo Valesca Muñoz, Psicóloga Clínico experta en relaciones de pareja.

De acuerdo a ello, es que las mujeres tienden a rechazar a quienes no tienen conflictos para expresarse, catalogándolas incluso como atrevidas. Dicho rechazo es probable que se desencadene al provocar un conflicto interno que llevaría a cuestionarse el modo como han sido criadas, y lo que es peor, replantearse qué pasaría si ellas comenzaran a expresarse o comportarse así. Tal episodio afectaría directamente la identidad que han sostenido en el tiempo, provocando un quiebre no menor en su autoimagen.

¿Y qué pasa con la sexualidad?

Un claro ejemplo de una mujer sexual es Samantha Jones de la popular serie norteamericana Sex and the City. Una chica libre, sin complejos, que disfruta plenamente de este tipo de placeres.

Si bien hoy se ha avanzado en temáticas de esta índole, la sociedad chilena sigue reprimiendo la sexualidad, sobre todo en ellas, exponiendo un prototipo de mujer perfecta, tranquila y conservadora.
Tal hecho radica mucho en la crianza, donde aún se ven rasgos de una educación represiva, limitada, juzgada y controlada que limita a quienes vivieron un proceso de enseñanza llena de barreras.

Sin embargo, hay que destacar que pese a ello hoy existe un auge en la materia, hecho que se ve reflejado en la fuerte irrupción de los Sex shops en nuestro país. A esto se suma el sexting (mensajes de texto con contenido sexual) y el alza de las app amorosas, fenómenos sociales que instan a los encuentros con el sexo opuesto, siendo una vitrina atractiva para posibles romances fugaces.

“Situaciones que de a poco se transforman en algo cotidiano. Pero hay que destacar e insistir que una mujer empoderada y que se siente bien consigo misma, es libre de poder expresar su forma de pensar, llevando así el estilo de vida que más le acomode”, indicó la especialista.

Mejor amigas que rivales

“El género femenino es competitivo y la mujer por esencia desea ser la mejor, tener el mejor cuerpo, lucir las últimas tendencias, peinados y accesorios, por lo que, cuando se encuentra con alguien que se le asemeja, rápidamente ésta pasa a ser su rival y no su amiga”, dice la experta.

Se trata de una rivalidad de carácter momentáneo, que posterior a la amenaza se transforma en amistad. Tal pugna es una especie de estimulo para mantenerse vigente y preocuparse más aún por superarse, sostuvo la especialista.

Sin embargo, cuando esto llega a los extremos se transforma en un hecho negativo, ya que tal barrera impide generar vínculos afectivos con personas del mismo sexo, provocando una sensación de soledad y vacio predominante.

“Tal desestructuración se produce porque existe un desconocimiento en la propia mujer acerca de sí misma que dificulta un reconocimiento de sus potencialidades, resultándole más fácil distinguir en otras lo que ella desea ser. Situación que acrecienta su inseguridad y empobrece su autoestima al compararse de forma reiterada, queriendo competir con el resto de manera constante” destacó la profesional.

Para revertir tal situación, es vital que las chicas se quieran a sí mismas y tengan seguridad de sus decisiones y comportamientos, reconociendo también que debe haber una diversidad para todos los gustos.

Asimismo, en la medida que la mujer se sienta en coherencia con lo que le gustaría ser, se vuelve más auténtica, dándose así mayores permisos para sentirse plena. Estado que se proyecta de forma constante.

Por lo que, la sugerencia está en lograr que el puente entre lo que sé es y lo que se quiere llegar a ser, se acorte. ¿Cómo se consigue esto? “Mirando menos hacia afuera y volviendo la vista hacia adentro, haciendo lo que tanto me apasiona y me hace crecer”, concluyó Muñoz.

Fuente: BioBioChile

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