Un nuevo estudio publicado a finales de mayo en la revista científica BMC Family Practice halló que los síntomas típicos (¡ese ardor tan incómodo!) desaparecían en algunas mujeres, sin que tomaran ningún antibiótico. El trabajo holandés, impulsado por el Centro Médico Académico de la Universidad de Ámsterdam, analizó el caso de 176 mujeres con signos de infección urinaria.
“Aquellas que eran saludables, se curaban espontáneamente”, indicó el líder de la investigación, el Dr. Bart Knottnerus, según el sitio de noticias de salud, Healthfinder. Se les pidió a las participantes que se abstuvieran de los antibióticos, siempre y cuando los síntomas llevaran menos de 7 días. De las 176 mujeres, 51 aceptaron retrasar el tratamiento farmacológico. Al cabo de una semana, solo 28 seguían resistiéndose a los antibióticos. De ellas, 20 reportaron que los síntomas habían desaparecido o mejorado. ¿Qué implicancias tienen los hallazgos?
El problema del abuso
Por un lado, Knottnerus destacó en Healthfinder el hecho de que el uso reiterado de antibióticos para infecciones leves lleva a una resistencia de las bacterias. Por otra parte, opinó que “nuestras defensas son fuertes y en general no requieren de ayuda de los antibióticos”. Sin embargo, sí los recetó en caso de fiebre, escalofríos y dolor a los costados del abdomen, porque puede significar que la infección trepó a los riñones.
No obstante, del trabajo publicado se desprende que ninguna de las mujeres desarrolló una infección renal. Knottnerus afirmó al sitio Live Science que es “muy raro” que ésta se produzca en consecuencia de una infección urinaria no tratada y que, en caso de que sucediera, “siempre se puede recurrir a antibióticos”… Pero para asegurarnos de que los mismos sean efectivos en el futuro, es importante que limitemos su uso en infecciones leves, como las urinarias”, concluyó.
La contra
De la vereda contraria, la Dra. Jennifer Leighdon Wu, ginecóloga del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York, es cautelosa ante los hallazgos. Resaltó el hecho de que la muestra de mujeres estudiadas era muy reducida: “Antes de cambiar de rutina de tratamiento, me gustaría ver números mucho más grandes”, declaró, según publicaHealthfinder.
Advirtió que la consulta con el médico es importante para confirmar que no se trate de otra patología; una infección de levadura, por ejemplo, da síntomas similares. Añadió que se debe ser “cuidadoso a la hora de pedirle a alguien que evite los antibióticos, especialmente si es una persona mayor”.
El Dr. Timothy Jenkins, profesor de la división de enfermedades infecciosas de la Universidad de Colorado, ofrece una postura conciliadora. “La resistencia de las bacterias a los antibióticos es un gran problema en los Estados Unidos que exige nuevas estrategias para reducir su uso, como la que propone este estudio”, apuntó en Live Science. A su vez, destacó que la cultura holandesa, donde el trabajo se realizó, difiere de la norteamericana, en la cual la demanda y la expectativa de antibióticos por parte de la población es mayor. “Que este estudio pueda aplicarse a las mujeres estadounidenses es una interrogante”, culminó.
El “mito” del agua
Más de una vez habrás escuchado el consejo de alguna amiga de “tomar agua para que desaparezca la infección”. Es una verdad a medias. En el sitio de la Clínica Mayo, por ejemplo, se recomienda solamente como una alternativa que te reducirá las molestias “hasta que los antibióticos actúen”. Con lo cual, no lo postula como una auténtica opción terapéutica.
Los consejos caseros de la Clínica para reducir el dolor y el ardor son:
- Beber suficiente agua para diluir la orina y contribuir a eliminar las bacterias.
- Evitar ciertos líquidos, como café, alcohol y gaseosas con cítricos o cafeína, porque pueden irritar tu vejiga y agravar tu necesidad urgente de orinar.
- Colocarte una almohadilla tibia encima del abdomen para atenuar la incomodidad.
Recuerda consultar a tu médico ante cualquier síntoma o duda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario