"Si la verdad le molesta, no siga leyendo", advierte en su blog Demetri Marchessini, un millonario griego de 78 años cuyo nombre apareció el mes pasado en diversos medios ingleses, debido a que en febrero y marzo aportó 10 mil libras (casi ocho millones de pesos) al Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP, por su sigla en inglés).
Sin embargo, más que llamar la atención por su donación política, Marchessini ha destacado por su particular punto de vista respecto a la ropa femenina, específicamente los pantalones, ya que -considera- éstos "fueron diseñados para los cuerpos masculinos, rectos de arriba abajo, mientras que la mayoría de las mujeres tienen curvas, bustos, caderas y glúteos".
A tanto llega su rechazo hacia los pantalones, que en 2003 el millonario griego publicó un libro titulado "Mujeres en pantalones: Una vista desde atrás" ("Women in Trousers: A Rear View"). El texto contiene decenas de fotografías en blanco y negro, que fueron tomadas a escondidas por Adrian Mott en las calles de Londres, Nueva York y Milán, y que muestran los traseros de diversas mujeres que visten pantalones. Las imágenes están acompañadas por citas literarias y comentarios del propio Marchessini.
Según dice el autor, el propósito de su libro es compensar una situación que -a su juicio- ha ocurrido en las últimas generaciones: que no sólo existen personas que ni siquiera se preocupan por verse bien, sino que además hay muchas que deliberadamente intentan verse lo menos atractivas posible.
"Uno de los síntomas más importantes de esta condición es el hecho de que las mujeres de hoy usan pantalones como un uniforme, vistiéndolos todos los días. Al parecer no están conscientes de que los pantalones son poco sentadores para ellas", sostiene.
"Los pantalones no son bonitos, ni son femeninos. Son lo opuesto, de manera que las mujeres se han vuelto cada vez menos atractivas, y el nivel de la vestimenta ha caído junto con el nivel de la civilización", agrega en su blog.
Sin embargo, a juicio del millonario griego, lo más serio es que la preferencia que tienen las mujeres por los pantalones ha repercutido en las relaciones de pareja, lo que se ha visto reflejado, por ejemplo, en menos relaciones sexuales, caídas en las tasas de natalidad o incluso aumentos en el número de divorcios. "Hay un hecho básico de la vida que las mujeres no comprenden: las faldas provocan erecciones, pero los pantalones no", sostiene Marchessini.
¡Faldas sí, pantalones no!
De esta manera, el millonario griego estima que las faldas son la mejor prenda que pueden vestir las mujeres, ya que son más agradables para los hombres. Esto se aplica sobre todo para las solteras que quieren encontrar pareja. "Los pantalones no son femeninos y es la feminidad la que atrae a los hombres. Cuantas más mujeres se vistan como hombres, menos atractivas son para ellos", postula en la introducción de su libro.
A esto añade que "los pantalones no son sexy, las faldas sí". "Hay muchas mujeres que visten pantalones porque no creen que sus piernas son buenas. Si un hombre considera a una mujer atractiva, encontrará que sus piernas son sexy incluso si es que no son perfectas, simplemente porque son sus piernas", indica.
Según Marchessini, las mujeres tienen una conducta que califica como "hostil", ya que "deliberadamente se están vistiendo de una manera opuesta a la que los hombres quieren". "Es un comportamiento que va en contra del sentido común y que también va en contra del normal deseo humano de complacer", añade.
Asimismo, estima que los jeans no dejan nada para la imaginación y asegura que lo peor son las mujeres que usan leggings, "porque revelan hasta lo más vulgar de su físico".
"Los pantalones revelan y resaltan cada centímetro de la parte inferior del cuerpo femenino y, vistas desde atrás, las mujeres que usan pantalones ajustados parecen estar casi desnudas de la cintura hacia abajo. Innumerables mujeres que se verían preciosas con vestidos o faldas, se ven embarazosamente poco atractivas con pantalones", sostiene Marchessini.
El millonario griego incluso recurre a la Biblia para validar su punto de vista y asegura en su blog que en el libro del Deuteronomio "dice claramente que vestir prendas del sexo opuesto es una abominación".
"Mis ideas son ideas tradicionales durante miles de años. Nadie está obligado a estar de acuerdo conmigo, pero lo que es cierto, por definición, es que mis ideas no pueden ser controvertidas, son puntos de vista tradicionales que han prevalecido desde tiempos inmemoriales", señala.
Para Marchessini, las únicas que tienen "permitido" usar pantalones son quienes juegan golf, montan a caballo o limpian una bodega. De hecho, ni siquiera sus cuatro hijas se salvan: tienen prohibido vestirlos en su presencia.
FuenteEmol.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario