Cada quién tiene su propio concepto de “amor de mi vida”, o “the one”. Para unas cambia con cada relación, para otras sólo existe UNA media naranja y para otras hay unas cuantas naranjas completas que conoceremos en el camino.
Sea cuál sea tu concepto, siempre hay un chico, una historia a la que nos aferramos, una persona a la que subimos a un pedestal y, dependiendo de cómo haya terminado o cómo siga la historia, podemos quedarnos enganchadas más tiempo del necesario.
Entran muchas variables en juego, como el status de la relación, tus expectativas de vida, tus sueños, el pasado compartido, tu idea de destino, tu idea de amor… pero si estás leyendo esto es porque, de alguna manera u otra, algo dentro de ti sabe que debe dejarlo ir y, tal vez, cambiar algunos esquemas mentales.
Como todas hemos aprendido, en materia de sentimientos nada puede forzarse. La química está o no está, los sentimientos se sienten, las emociones surgen… y sí, muchas son exclusivas de una sola persona, de una única historia, pero eso no quiere decir que debemos quedarnos atoradas en esa novela de por vida.
Para fines prácticos de esta historia, le llamaremos ‘amor de tu vida’ a ese chico que siempre regresa, con el que siempre quedan cabos sueltos, con el que te sigues viendo casada aunque no lo hayas visto en años, al que sigues imaginando como papá de tus hijos. Puede, o no, ser tu novio actual, tu primer novio, tu primera vez… o la primera relación profunda que tuviste, o un crush al que crees perfecto. Lo importante es analizar si esta historia tiene potencial a futuro o si ya es momento de dejarlo ir…
1. Analiza tus sentimientos
Si están leyendo esto es porque seguramente creen que siguen enamoradas de esa persona, pero… ¿realmente lo aman? ¿O están enamoradas de un recuerdo? ¿Aman a la persona que ES ahorita o aman a la persona que ERA?
Cuando llevamos mucho tiempo creyendo algo es normal que nuestros sentimientos cambien y ni siquiera nos hayamos dado cuenta. Antes de seguir persiguiendo a ese amor de tu vida, analiza lo que realmente sientes por él, aquí y ahora. Lo más probable es que termines dándote cuenta de que estabas aferrada a un recuerdo… Si no es así, pasemos al siguiente análisis.
2. ¿Qué esperas de él?
Vamos a darnos oportunidad de soñar… ¿qué te gustaría tener con él? ¿Te ves casada con él? ¿Te ves haciéndote viejita con él? ¿Lo ves a tu lado cuando nazcan tus hijos, mueran tus padres, te arrugues, cambies de peso y a él le salgan canas? Antes de contestar a todas estas preguntas, visualízalo como es ahorita, en este momento, con el trabajo que tiene (no el que crees que tendrá o el que él sueña tener), con sus amigos, con su familia, con su color de cabello…
Piensa en qué es lo que te gustaría tener con él y qué esperas que cambie en tu vida cuando sean una pareja… Esto te va a ayudar mucho a saber si realmente es él o si lo que necesitas es una pareja o lo que necesitas es cambiar cosas de ti misma para que tu vida sea mejor.
3. Él
Viene la última parte, la más difícil, pero la más determinante. ¿Él qué opina de todo esto? Aquí nuevamente entrarán en juego un sinfín de variables, pero chicas, uno de los mejores consejos que me ha dado una de mis amigas es… “en el fondo una siempre sabe”.
Una siempre sabe si él siente lo mismo, o si siente algo que pueda crecer, una siempre sabe si hay química o la estamos forzando, si hay historia real o nos la estamos inventando… una siempre sabe.
Si el chico en cuestión no está interesado… no le den más vueltas, es momento de cerrar el libro, arrancar las páginas y seguir de frente. Es momento de dejar de engañarnos a nosotras mismas y contestarnos, con toda la sinceridad del mundo, ¿él qué opina, realmente, de nuestra historia?
Cada relación es diferente y lo que sentimos con aquél primer amor es único e irrepetible, pero eso no quiere decir que él sea el único con que podemos sentir. Debemos dejar de buscar los mismos sentimientos y abrirnos a la posibilidad de sentir intensamente con otra persona, con otra historia.
La decisión de superarlo y de realmente seguir adelante es sólo tuya. Es momento de tomarla y cerrar el libro para que puedas abrir otro en el aquí y el ahora.
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