domingo, 29 de diciembre de 2013

Los hombres se sienten más atraídos por “mujeres tontas”

Una investigación de psicólogos de la Universidad de Texas (EE.UU) afirma que los hombres se sienten más atraídos por "mujeres tontas" o psicológicamente vulnerables, aunque no para una relación a largo plazo.

Con cierta frecuencia los imperativos evolutivos tienen más fuerza en nuestro comportamiento de la que quisiéramos aceptar. Aunque el proceso civilizatorio en toda su extensión (moralidad, cultura, educación, etc.) intentan frenar están corriente natural, su influencia se deja sentir en las situaciones más elementales, más relacionadas con nuestra supervivencia como individuos y como especie.

Este parece ser el caso de la atracción que podríamos llamar, románticamente, amorosa, pero sabemos que en esencia es sexual, es decir, reproductiva. Solo así es comprensible que según psicólogos de la Universidad de Texas, los hombres se sientan más atraídos a “mujeres tontas” porque estas representan para el género una conquista mucho más sencilla.

Lo anterior se comprobó luego de que los investigadores pidieran a una muestra de hombres y mujeres que enlistaran 88 factores que según ellos hacen a las mujeres “atractivas” o simplemente deseosas de atención, por ejemplo, que se mordieran el labio o que tuvieran una apariencia adormilada.

Después, 76 hombres miraron imágenes que ejemplificaban estos comportamientos, pidiéndoles que las jerarquizaran de acuerdo al deseo que despertaban en ellos.

Según los resultados, la vulnerabilidad física (como una estatura pequeña) no fue especialmente atractiva para los hombres, caso contrario al de la vulnerabilidad psicológica, como la que se presupone cuando una mujer es inmadura o poco inteligente, que tuvo entre los hombres mucho mayor calificación al momento de considerarlas atractivas.

Curiosamente, el interés de los hombres decayó significativa y drásticamente, cuando se les preguntó si estarían dispuestos a sostener una relación de largo plazo con este tipo de mujeres.


Fuente: Pijamasurf y Telegraph

¡Detente! 23 cosas que las mujeres deberíamos dejar de hacer

¿Eres de esas mujeres que busca la perfección? ¿Planeas absolutamente todo en tu vida y te frustras cuando no puedes lograrlo? Basta de autosabotearnos y ser nuestras peores juezas. 

Es hora de despertar y dejar atrás algunas actitudes que más que aliviarnos, nos angustian y agotan.

Por este motivo, The HuffingtonPost realizó una lista de 23 cosas que deberíamos dejar de hacer a partir de hoy.


1. Pedir perdón todo el tiempo. Las mujeres tienden a pedir perdón más que los hombres, pero esta actitud no sirve de mucho. No es necesario explicar todo lo que hacemos, son nuestras decisiones.

2. Decir que sí a todo el mundo. Fija tus límites, no tienes por qué decir que sí a todo cuando en realidad quieres otra cosa.

3. Decirnos “no” a nosotras mismas. No permitas que tus inseguridades y miedos te impidan vivir nuevas experiencias. Date un tiempo para realizar aquellas cosas que no crees que puedes o debes hacer.

4. Pensar que la comida es nuestro enemigo. La comida no es algo con lo que hay que luchar, sino disfrutar. Se cree que debemos ser perfectas y lucir delgadas y bellas, pero la verdad es que no existe tal perfección. Cuida tu cuerpo y tu salud, lleva un estilo de vida saludable y come sin arrepentimientos.

5. Criticar nuestro físico. Pensar todo el tiempo que estás gorda no te ayudará en nada, sólo afectará tu autoestima.

6. Sentirnos como unas impostoras cuando tenemos algún triunfo profesional. Merecemos tener éxito y debemos valorar nuestros logros.

7. Quitar nuestro nombre a todas las fotos “desfavorecedoras” de nosotras que están en internet. Si bien es normal que no queramos que todo el mundo vea lo mal que salimos en la fotografía de aquella reunión familiar, ocultarla constituye una forma más de obsesión por nuestro aspecto.

8. Comparar nuestra vida real con la vida virtual de otra persona. No pases horas pensando lo fabulosa que es la vida de otras personas en la red; esto solo aumentará tu angustia y bajará tu autoestima. Apaga el computador y disfruta el momento.

9. Aferrarse a los sentimientos de arrepentimiento y de culpa. No te atormentes por el pasado. Una cosa es ser consciente de tus errores y otra muy distinta es que éstos no te dejen avanzar.

10. Llevar zapatos de tacón a diario. Usar tacones de vez en cuando está bien y lucen fantásticos, pero no todo el tiempo. Viste de una forma cómoda durante el día, de seguro tus pies te lo agradecerán.

11. Opinar sobre la vida sexual de otras mujeres. Nadie merece ser juzgado o criticado por lo que hace o deja de hacer. Basta de descalificaciones, cada cual expresa su sexualidad como quiere.

12. Opinar sobre nuestra propia vida sexual. Nadie tiene por qué saber lo que nos gusta.

13. Tratar de ser “zen”. Si no eres de esas personas verdaderamente relajadas, deja de intentarlo. Sé tu misma.

14. Tener miedo a que nos llamen “locas”. Esto solo llevará a que callemos nuestras opiniones y deseos. Deshazte del miedo a ser catalogada como “muy emocional”, todo el mundo tiene una pizca de locura en su interior.

15. Buscar soluciones médicas en internet para todo. Buscar algunas soluciones naturales a ese dolor de garganta está bien, pero el problema persiste debemos ir al médico.

16. Preocuparnos porque nuestra vida no es como un tablero de Pinterest. No te compares, ni compares tu vida con fotografías “perfectas”.

17. Tener miedo a la soledad. No te obsesiones con la idea de que jamás encontrarás a tu “media naranja”, disfruta el tiempo de soltería. “La relación más profunda que vamos a tener en nuestra vida es con nosotros mismos”, dijo en una ocasión Shirley MacLaine.

18. Estar con alguien solo porque necesitamos estar con alguien. Y esto se relaciona con el punto anterior. No busques la compañía de alguien con quien en verdad no quieres estar.

19. No aprovechar los días de vacaciones. Apaga el celular y descansa, serás más feliz y productiva.

20. Aferrarse a amistades dañinas. No te rodees de amistades tóxicas que lo único que hacen es criticarte.

21. Pasar tiempo con ciertas personas por obligación. Pasa tiempo con quien de verdad quieres estar y deja que algunas relaciones acaben de “forma natural”.

22. Estar avergonzadas de lo que nos gusta. Deja de pensar en lo que “deberías ser” y comienza a hacer las cosas que te gustan.

23. Fijarse plazos para los grandes acontecimientos de nuestra vida. No es necesario que planees toda tu vida. Aprende a disfrutar de la incertidumbre y déjate sorprender.

viernes, 6 de diciembre de 2013

¿Cuándo es momento de dejarlo ir?

Cada quién tiene su propio concepto de “amor de mi vida”, o “the one”. Para unas cambia con cada relación, para otras sólo existe UNA media naranja y para otras hay unas cuantas naranjas completas que conoceremos en el camino.

Sea cuál sea tu concepto, siempre hay un chico, una historia a la que nos aferramos, una persona a la que subimos a un pedestal y, dependiendo de cómo haya terminado o cómo siga la historia, podemos quedarnos enganchadas más tiempo del necesario.

Entran muchas variables en juego, como el status de la relación, tus expectativas de vida, tus sueños, el pasado compartido, tu idea de destino, tu idea de amor… pero si estás leyendo esto es porque, de alguna manera u otra, algo dentro de ti sabe que debe dejarlo ir y, tal vez, cambiar algunos esquemas mentales.

Como todas hemos aprendido, en materia de sentimientos nada puede forzarse. La química está o no está, los sentimientos se sienten, las emociones surgen… y sí, muchas son exclusivas de una sola persona, de una única historia, pero eso no quiere decir que debemos quedarnos atoradas en esa novela de por vida.

Para fines prácticos de esta historia, le llamaremos ‘amor de tu vida’ a ese chico que siempre regresa, con el que siempre quedan cabos sueltos, con el que te sigues viendo casada aunque no lo hayas visto en años, al que sigues imaginando como papá de tus hijos. Puede, o no, ser tu novio actual, tu primer novio, tu primera vez… o la primera relación profunda que tuviste, o un crush al que crees perfecto. Lo importante es analizar si esta historia tiene potencial a futuro o si ya es momento de dejarlo ir…

1. Analiza tus sentimientos

Si están leyendo esto es porque seguramente creen que siguen enamoradas de esa persona, pero… ¿realmente lo aman? ¿O están enamoradas de un recuerdo? ¿Aman a la persona que ES ahorita o aman a la persona que ERA?

Cuando llevamos mucho tiempo creyendo algo es normal que nuestros sentimientos cambien y ni siquiera nos hayamos dado cuenta. Antes de seguir persiguiendo a ese amor de tu vida, analiza lo que realmente sientes por él, aquí y ahora. Lo más probable es que termines dándote cuenta de que estabas aferrada a un recuerdo… Si no es así, pasemos al siguiente análisis.

2. ¿Qué esperas de él?

Vamos a darnos oportunidad de soñar… ¿qué te gustaría tener con él? ¿Te ves casada con él? ¿Te ves haciéndote viejita con él? ¿Lo ves a tu lado cuando nazcan tus hijos, mueran tus padres, te arrugues, cambies de peso y a él le salgan canas? Antes de contestar a todas estas preguntas, visualízalo como es ahorita, en este momento, con el trabajo que tiene (no el que crees que tendrá o el que él sueña tener), con sus amigos, con su familia, con su color de cabello…

Piensa en qué es lo que te gustaría tener con él y qué esperas que cambie en tu vida cuando sean una pareja… Esto te va a ayudar mucho a saber si realmente es él o si lo que necesitas es una pareja o lo que necesitas es cambiar cosas de ti misma para que tu vida sea mejor.

3. Él

Viene la última parte, la más difícil, pero la más determinante. ¿Él qué opina de todo esto? Aquí nuevamente entrarán en juego un sinfín de variables, pero chicas, uno de los mejores consejos que me ha dado una de mis amigas es… “en el fondo una siempre sabe”.

Una siempre sabe si él siente lo mismo, o si siente algo que pueda crecer, una siempre sabe si hay química o la estamos forzando, si hay historia real o nos la estamos inventando… una siempre sabe.

Si el chico en cuestión no está interesado… no le den más vueltas, es momento de cerrar el libro, arrancar las páginas y seguir de frente. Es momento de dejar de engañarnos a nosotras mismas y contestarnos, con toda la sinceridad del mundo, ¿él qué opina, realmente, de nuestra historia?

Cada relación es diferente y lo que sentimos con aquél primer amor es único e irrepetible, pero eso no quiere decir que él sea el único con que podemos sentir. Debemos dejar de buscar los mismos sentimientos y abrirnos a la posibilidad de sentir intensamente con otra persona, con otra historia.

La decisión de superarlo y de realmente seguir adelante es sólo tuya. Es momento de tomarla y cerrar el libro para que puedas abrir otro en el aquí y el ahora.

Piel de bebé con exfoliantes caseros

Si eres madre, seguramente no tienes tiempo de ir a comprar, es un momento del mes en el que hay que cuidar el dinero, quizá no te agraden demasiado los productos químicos o tal vez te gustaría saber, solo por curiosidad, cómo preparar un exfoliante con tus propias manos. Cualquiera sea la razón, no hay excusas para no tener la piel suave.

Puedes exfoliarla con estas mágicas recetas que se hacen en un abrir y cerrar de ojos, con los ingredientes que encuentras en la alacena. Además, no será necesario buscar quién se quede con tus hijos para ir a la cosmetóloga.

Para el rostro:

Opción 1-Debes mezclar 5 cucharadas de yogur natural con dos de azúcar y una de avena en hojuelas.
Aplícala con suaves masajes circulares, exceptuando el contorno de los ojos.


Opción 2-Plátano maduro pisado, 3 cucharadas de azúcar negra y una cucharadita de esencia de vainilla. Masajea suavemente el cutis y aclara con bastante agua.

Cutis seco:

Le darás más elasticidad mezclando aceite de oliva con harina de avena.

Cutis sencible:

Cambia la harina por levadura de polvo y puedes probarlo tanto con aceite de oliva como con miel

orgánica.

Cutis normal:


Una opción es el bicarbonato de sodio o azúcar morena mezclada con miel orgánica.

Para el cuerpo:

Necesitas ½ taza de sal marina y un ¼ de taza de aceite de oliva. Se mezclan los ingredientes y se aplica con masajes circulares. Retirar con agua tibia.

Para eliminar la celulitis:

Mezcla los granos de café molido usados, con un puñado de semillas de uvas, una cucharadita pequeña de canela y dos chorritos de aceite de oliva. Aplicar con masajes circulares en forma ascendente.

Codos y rodillas:

Nnecesitas ¼ de vaso de jugo de limón mezclado con dos cucharadas de azúcar negra. Puedes aplicarla masajeando un buen rato en aquellas zonas más ásperas y gruesas. No olvides hidratar una vez que has quitado la preparación.

Una taza de miel a ½ vaso de agua tibia y 25 g de linaza. Una vez que has integrado los ingredientes, deja enfriar l pasta por 3 horas. Luego, ya puedes utilizarla en los codos y rodillas.

*Recuerda exfoliar la piel, como mucho, entre una o dos veces por semana. De lo contrario, puede resecarse e irritarse.


lunes, 2 de diciembre de 2013

¿Cómo superar una infidelidad?

Siempre me he preguntado cómo hace una pareja para superar la infidelidad. Sólo tiempodespués de haber vivido un par de experiencias, llego a la reflexión de que dos personas tienen muchos motivos, además del amor, para seguir juntos. Y partiendo de la base que ambos quieran continuar, creo que vale la pena intentarlo. ¿Pero intentarlo cómo? ¿Dando patadas de ahogado? ¿Victimizándose uno, tornándose cínico el otro? Definitivamente no. Creo que este esfuerzo debe hacerse de manera consciente, humilde y comprometida.

Después de una infidelidad siempre surgen las culpas. Quién hizo qué, quién dejó que ocurriera, a quién le corresponde pedir perdón. Uno quisiera lavarse las manos, pero, como dice el dicho, para bailar tango se necesitan dos. Más que señalar al otro con el dedo, más que hablar de culpas, que entorpecen todo el proceso de sanación, pienso cada uno debe tomar de entre la maleza lo que le corresponde resolver, y revisar si lo que uno hizo (o dejó de hacer) pudo orillar al otro a tomar una conducta equivocada.

Es común encontrar infidelidades aprendidas, es decir, historias familiares de engaño y reconciliación que son repetidas inconscientemente. Sin embargo, dicen los expertos quecuando se hace consciente el mecanismo y se trabaja, se puede dejar atrás. Por otro lado, es curioso que buena parte de las infidelidades ocurran en la llamada crisis de los 40 -en la que hombres y mujeres se cuestionan sus opciones de vida, trabajo, situación conyugal, incluso vocacional y sexual-, y puede terminar en una infidelidad que refuerza el estado de crisis. Lo cierto, y quizás lo más difícil de aceptar, es que si se desea resolver el problema para seguir como pareja, se debe asumir desde un "nosotros".

De ahí al perdón. No hay recetas que puedan acortar el camino, tendrán que perdonarse uno al otro y, sobre todo, a sí mismos. Sin embargo, perdonar no quiere decir que vamos a hacer como que no pasó nada. Quien se siente traicionado tiene derecho a expresar su desconcierto y a hacer preguntas. Pero ojo: hay información que realmente no es necesario escuchar. En serio, el masoquismo no ayuda en el proceso de sanación.

Tampoco se trata de instalarse en los papeles de víctima y victimario: el "engañado" chantajea al "engañador" en un ejercicio de venganza que lo lleva a afirmar su poder y a sacar provecho emocional del asunto. Por lo que he podido entender, el perdón es un proceso largo y liberador que nos permite reconocernos tal como somos y apuntar en la dirección de lo que queremos ser en adelante. De hecho, lo imagino como una moneda dedos caras: en una está la aceptación que nos permite liberar los errores del pasado, en la otra, el compromiso de no volver a hacerlo.

No hay atajos para el perdón, pero sí hay formas de hacer el camino menos sinuoso. Tomar terapia individual es de gran utilidad, lo mismo que una terapia de pareja, pues la figura del mediador enseña a expresarse a aquellos que tienen dificultad para hacerlo de manera abierta, honesta y sin juicios.

Por último, volver a tejer los lazos de la intimidad y la vida sexual es casi un trabajo de filigrana. Lo más difícil de asimilar es que la conexión sexual que alguna vez existió, ocurrirá sólo hasta que se alcance cierto nivel de perdón en ambos lados. Hay que dejar de recrearse en la falsa esperanza del "si yo hubiera", y entender que no se puede cambiar el pasado. No es sencillo, cada persona tiene sus tiempos en este proceso. Y también hay que asimilar que una infidelidad le cambia la vida a la gente y esto implica dedicar tiempo al trabajo introspectivo.

He visto a muchas parejas sobrellevarlo mal y de malas, pero también he visto a otras que realmente lo superan. Y cuando uno pregunta cómo lo hicieron, casi siempre escucha la misma respuesta: cada uno tiene que resolver la parte que le toca para reconstruir la confianza, consigo mismo y con el otro. Y al final, todo parece indicar que la experiencia no sólo los hace estar más unidos sino que se vuelven más honestos y más fuertes como pareja.

¿Y tú, has vivido algo así? ¿Es posible superarlo?

FuenteYahoo